Hace unos años, supongamos 4 años atrás, cuando iba a comprar al almacén de la esquina, todos los días como reloj a las 5.30 p.m estaba sentado en una silla Don Héctor. Un señor que vivía a la vuelta de casa y que era No Vidente, o en términos más simples: Ciego.
Siempre sabía lo que yo iba a comprar y siempre se ponía a hablar conmigo. Pero había charlas que me dejaban pensando mucho:
Pupolina:
¿Cómo le va, Don Héctor?
Don Héctor:
Bien bien, hace mucho tiempo que no te veía
A veces sino me decía cosas como:
Héctor:
Estaba en casa viendo la tele y me vine corriendo para acá.
Yo no sé si me lo hacía a propósito, si no se daba cuenta o si se hacía el ciego para pasarla bien (cuenta la leyenda que le gustaba poner la mirada perdida en las señoritas del barrio, sobre todo en la parte trasera).
Como un día se murió nunca le pude preguntar.
Mmm… creo que era un vivo bárbaro que la pasaba super!
Ana: Igual después voy a poner otro texto que continuará este. Y abro el debate :p
Que grosa sos pibita.. para mi no era nada ciego, pero estas cosas de hacerse pasar por algo, estan de moda
Je!: como le dije a Ana, después te cuento como continúa la historia y debatimos si era ciego o se hacía.
Yo creo que era un tipo feliz.
Lu
Lu: Por su pollo. Como dijo Ana más arriba “Era un vivo bárbaro que la pasaba genial” asi que seguro era felíz.
qué terrible, esas cosas hay que aprovechar para averiguarlas en vida
me hiciste acordar a los chistes de ciegos que hacían en “son de fierro”